5 cosas que sólo los amantes de los coches entienden

El mundo de la automoción mueve pasiones a todos los niveles. El fan que anima a su piloto favorito en Montmeló, el joven que visita concesionarios de segunda mano en Barcelona buscando su primer coche, el aventurero que pisa el acelerador de su 4×4 en las pistas forestales; todos comparten el mismo amor por las cuatro ruedas.

 

¿Cómo reconocer a otros de nuestra especie? Aquí van 5 situaciones con las que puedes sentirte identificado:

1.           Cambiar de coche es un momento agridulce

Ese momento en el que sales del concesionario con tu nuevo coche es incomparable. La felicidad inunda el 90% de tu cuerpo. ¿Y ese 10% restante?

Ningún amante del motor es totalmente feliz al cambiar de auto, ya que eso supone despedirse del que, hasta el momento, ha sido TU coche. Fue tu fiel escudero durante largo tiempo y con él viviste momentos inolvidables, pero llega el momento de decirle adiós y desear que su nuevo dueño lo cuide como merece.

 

2.           Lavar el coche no es un incordio

Para la gran mayoría de la gente, lavar el coche es una actividad poco estimulante que provoca pereza y desánimo. Desde luego, ponerse bajo el sol de Barcelona a sudar la gota gorda frotando y fregando y acabar mojado y sucio no es del agrado de nadie.

Pero si por tus venas corre gasolina en vez de sangre la cosa cambia. Lavar el coche es un ritual de conexión entre tu auto y tú. Cuidas hasta el último detalle y utilizas los mejores productos para conseguir que tu compañero con ruedas acabe igual de perfecto que cuando salió del concesionario.

 

3.           Mirar coches es entretenido

Da igual que te acabes de cambiar de coche, esa misma noche ya estarás mirando otros coches en páginas web y foros.

Mirar coches supone un entretenimiento más en tu tiempo libre. Consultas asiduamente páginas de compra-venta u ocasión para “ver lo que hay”, cuando pasas por un concesionario de segunda mano entras a ver que tienen, no pierdes una oportunidad para informarte y conocer nuevos modelos, accesorios, equipamientos, etc.

Teniendo toda esta información, el proceso a la hora de cambiar de auto debería ser sencillo, ¡pero nada más lejos de la realidad! Antes de encontrar tu coche perfecto, cambias mil y una veces de opinión sobre el segmento, la potencia, la marca e incluso el modelo deseado.

 

4.           Los semáforos son lugares de conversación y aprendizaje

Paras en un semáforo y a tu lado aparece un imperial Jeep Renegade. ¿Te quedas mirándolo como un bobo? ¡Ni hablar!

Bajas la ventanilla y charlas con su propietario ¿Cuántos caballos tiene? ¿Qué suspensiones lleva? ¿Y qué tipo de motor? ¿Qué tal va por caminos? Así hasta que el semáforo cambia a verde y cada uno sigue su camino.

Toda ocasión es buena para recabar información sobre tu pasión y, además, a todos los amantes de los coches nos encanta hablar con nuestros iguales y compartir especificaciones técnicas, opiniones y vivencias.

 

5.           Las curvas son diversión

Te subes al coche para un desplazamiento de corta o media distancia. Tienes dos opciones: la autovía, mediante la cual llegarás rápidamente a tu destino; o una carretera de montaña llena de curvas que hará que tu viaje sea un poco más largo. ¿Cuál eliges?

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