Ventajas de invertir en CFD

Un contrato por diferencia, en inglés contract for difference (CFD), es un contrato que acuerda y especula con la diferencia de precio del activo en el momento de apertura y en el vencimiento del contrato. Es decir, en el momento de vencimiento del contrato se intercambia entre las dos partes la diferencia del precio del objeto entre el inicio del contrato y el final del mismo. Estos instrumentos financieros reflejan efectivamente el rendimiento de un activo sin necesidad de adquirirlo físicamente. En XTB explican muy bien su funcionamiento, puedes chequear aquí sus lecciones.

No cotizan en ningún mercado ni tampoco son productos estandarizados. Como dato curioso, en el año 2007 el Mercado de Valores de Australia introdujo la comercialización estandarizada de CFD’s en sus 50 valores más importantes. En cuanto a la historia de los Contratos por Diferencia, estos fueron usados por primera vez en 1990 en Inglaterra por profesionales institucionales para cubrir su exposición en el Mercado de Valores de Londres de una forma efectiva en cuanto a su coste.

La primera compañía en ofrecer estos contratos en el mercado minorista fue la reputada Gerrard & National Intercommodities. Fue a partir del año 2000 cuando dicho comercio comenzó a expandirse y a crecer sin cesar dentro del comercio. Las compañías comenzaron cada vez más a ofrecer los contratos por diferencia en otros productos como índices, bonos, materias primas y divisas. Por otro lado, en España no fueron comercializados hasta el año 2007.

En el mercado de contratos por diferencia, se pueden distinguir de otros derivados financieros como los contratos futuros porque en los primeros no hay fecha de vencimiento; las operaciones son mayoritariamente derivadas del OTC (Over The Counter) fuera del mercado bursátil; no están disponibles para residentes en los Estados Unidos; los tamaños mínimos son pequeños y su umbral de entrada reducido y además la selección de subyacentes es muy amplia.

Entre las ventajas principales del CFD está que proporcionan un mayor ‘apalancamiento’ que el comercio tradicional que además está sujeto a una regulación. Otra de las ventajas es que muchos corredores de CFD ofrecen sus productos en todos los principales mercados del mundo, por lo que existe un acceso diario  constante. También destaca que hay muchos mercados con reglas que prohiben las ventas en corto y que asimismo requieren que el operador tome prestado el instrumento antes de vender o cuentan con requisitos de margen diferentes para las posiciones; no es el caso de los instrumentos CFD que pueden estar disponibles en corto en cualquier momento sin costos de préstamos porque el comerciante no posee el activo subyacente.

Por otro lado, ciertos mercados requieren de cantidades mínimas de capital para el comercio diario o imponen límites a la cantidad de transacciones que se pueden realizar dentro de las diferentes cuentas. No es el caso de CFD, que no está sujeto a estas restricciones y todos los titulares de cada cuenta pueden negociar cuando quieran.

Si quiere comenzar a invertir es necesario que previamente haga un análisis técnico para conocer así las formas de actuar de los distintos mercados y tener conocimiento de cómo funcionan en lo relativo a precios y tendencias.

 

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