Que tu mudanza no sea un trauma

Dicen que el trauma que genera realizar una mudanza es equivalente a una catástrofe natural. Una vez escuché a un amigo decir que cuando alguien le hacía algo malo, le deseaba que se mudara muchas veces. Particularmente cuando cambié de domicilio la primera vez fue toda una pesadilla.

Pero las experiencias te dejan un valioso aprendizaje si sabes detectar lo que pudiste haber hecho mejor. A partir de dicha vivencia pude detectar ciertas previsiones y pasos que facilitarían el proceso. Efectivamente cuando se me presentó nuevamente la necesidad de realizar una mudanza puse en práctica lo aprendido, lo que en definitiva dio un maravilloso resultado.

En función de lo anterior, me atrevo a compartir esos tips que me dieron resultado y espero que sean de utilidad para quienes están leyendo estas líneas. A continuación los enumero:

  1. Clasifica tus bienes de acuerdo a su función, uso o destino. Por ejemplo, elementos para cocinar, vestimenta, artículos de aseo personal, etc. Procura que cada cosa permanezca en un área que se corresponda con el lugar que ocupará en la nueva residencia.
  2. Ponte un límite. Seguramente tienes muchas cosas que no son necesarias, que tienes tiempo que no usas, o incluso que están dañadas. Aprovecha para deshacerte de una gran cantidad de ellas, bien sea vendiendo, regalando o botando.
  3. Realiza un inventario por zona y por empaque. Identifica cada empaque con el área al cual pertenecen los objetos (baño, cocina, cuarto, recibo, comedor), luego el listado de su contenido. Saca un duplicado que pegues en cada contenedor y otro que conserves en una carpeta. O con un marcador coloca bien grande un código en el empaque y en la hoja de inventario.
  4. Recuerda dar un tratamiento especial a los artículos frágiles. Utiliza material apropiado para resguardar el contenido y deja visiblemente una etiqueta que prevenga tal condición.
  5. Empaca aparte los objetos indispensables que debas utilizar apenas te mudes. Algunos artículos de aseo personal, medicinas que estés tomando, algo de ropa, una toalla y sábanas, un vaso, plato y cubierto, entre otros. En fin, aquello que requieras durante los dos o tres primeros días, mientras completas el desempaque del resto.

Cuando llegues al nuevo hogar, podrás llevar los contenedores a cada área según corresponda, pues estarán identificadas. Así algo de la cocina no irá a parar al baño, algo del cuarto no quedará en la sala. Poco a poco tendrás todo ordenado, sin contratiempo y de manera sencilla.

Con esto en mente, solo resta comprar los productos de embalaje necesarios y manos a la obra. Feliz mudanza y éxito en tu próximo destino.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este formulario recopila su nombre y correo electrónico para que podamos comunicarnos con usted. Consulte nuestra política de privacidad para más información. Doy mi consentimiento para que esta web recopile mi nombre y mi correo electrónico. *